Internet es actualmente la base tecnológica más importante que caracteriza a la era de la información, y por supuesto de las redes sociales (Guayazaman, 2004).
Como es sabido, en el último cuarto del siglo XX, coincidieron tres procesos fundamentales que han generado una nueva estructura social basada en las redes. De éste modo, las necesidades económicas de flexibilidad en la gestión, así como la globalización del capital, la producción y el comercio, sumados a las demandas de una sociedad en la que el valor de la libertad individual y la comunicación abierta, explican el auge del internet y de su mano el de las redes sociales (Guayazaman,2004).
Así también, el ser humano tiende naturalmente a buscar compañía de otros semejantes, lo cual constituye un tipo de apoyo social que se inicia desde el nacimiento y se manifiesta durante toda la vida. Desde la psicología social esta tendencia repercute en el grado de adaptación frente a entornos tensionantes, ya que las personas buscan apoyo mutuo cuando comparten situaciones similares de tensión, estableciendo de este modo un proceso de comparación y obteniendo así información acerca de circunstancias similares, lo que de manera importante disminuye la incertidumbre acerca de éstas (Madariaga, 2003).
Una de estas formas son las llamadas redes sociales, estructuras a través de las cuales se produce un intercambio continuo de ideas, servicios, objetos y formas de hacer (Madariaga, 2003).
En este sentido, el origen del concepto de red social parte en el contexto histórico desde la aparición del hombre sobre la tierra, y con él, el amor y la agresión hacia otros, que debió tratar de equilibrar para acceder a la vida en sociedad, creando canales de intercambio de información y posteriormente de bienes y servicios, naciendo así las primeras redes sociales encaminadas a la supervivencia (Madariaga, 2003).
La sociología entonces, ubica el origen del término “red social” hacia el final de la década de los cuarenta, siendo de gran influencia la postguerra, ya que este fenómeno implicó la reformulación de muchas líneas de pensamiento, incluida la estructura de funcionamiento de las organizaciones, donde la forma piramidal con un jefe único a la cabeza, es reemplazado por un sistema que reconoce la diversidad de las personas y a la vez logra articularlas, surgiendo así, las redes sociales, ya que con ellas se constituye una visión compartida partiendo de la interconexión para el intercambio horizontal de conceptos, experiencias y posibilidades (Madariaga,2003).
De igual manera, el término red social fue acuñado en 1954 por un antropólogo llamado John A. Barnes, definiendo dos elementos fundamentales: los contactos y los vínculos existentes entre ellos. Así, a mayor número de contactos mayor tamaño de la red y por tanto en apariencia menos aislamiento (Rissoan, 2011).
De esta manera, las redes sociales son entonces procesos dinámicos a través del tiempo y de las circunstancias sociales del momento, constituyendo un sistema abierto a través de un intercambio dinámico entre sus integrantes y las de otros grupos, que de este modo posibilita la optimización de los recursos que se poseen y que se enriquece con la multiplicación de las relaciones entre sus miembros, pero con pocas reglas formales, lo que implica nulas normas al momento de hacerlo, incluyendo faltas ortográficas y llegando incluso a las conjeturas rápidas e infundadas(Madarriaga,2003).
Así entonces, siendo la Web quien marca o define la interacción en internet, ya que genera la posibilidad de acceder a él incluso desde un teléfono celular y miles de usuarios pueden hacerlo a la vez, aparece el concepto de Red Social Virtual, hacia los años 90, entendida como un medio para consolidar, restablecer y crear relaciones con otras personas e interactuar entre sí mediante la mensajería virtual (Rissoan, 2011).
Por último, podría decirse que la evolución de las telecomunicaciones ha permitido el intercambio de información a todo nivel en forma de texto, imágenes, videos, etc. Así, todas las personas pueden expresar sus opiniones y sentirse implicadas, dada la rapidez de la interacción (Rissoan, 2011).